LA AUSENCIA DE TUS MANOS
No recuerdo que buscaba en aquel cajón. Pero al abrirlo mi estabilidad se desmoronó. Entre las joyas de fantasía allí guardadas, encontré el anillo, símbolo de nuestro amor. De repente mi vista se nublo de recuerdos, angustia y dolor. Un gran vacío aprisionó mi pecho y un frío helado recorrió mi cuerpo. Como en una película se rebobinó mi memoria, y comencé a revivir nuevamente en carne propia cada uno de esos momento, cada suplica desesperada de cariño, cada angustia por la ausencia de tus caricias en mi piel. Por no sentir la calidez de tus labios en los míos, o la carencia de tus manos entrelazadas a las mías cuando caminábamos juntas. Por las noches en las que ahogaba mis penas con mis propias lágrimas luego de tus constantes rechazos, por no saciar nuestras ganas... nuestras?, ja que ironía. Mías! Tú jamás me quisiste, yo que ilusamente te creía. Si hasta te creí princesa que con mis manos tu palacio levante. Pero atrás quedaron aquellos días de tristezas y agonías, comprendí que el amor... El amor es poesía.
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