EL CORAJE DE AMARME

Admiro el coraje y la valentía que tuvo al amarme. Admiro la tenacidad con la que lucho incansablemente hasta que mis muros derribó. Lo persistente que fue ante cada negativa de mi parte. Su permanencia a mi lado a pesar de todo, a pesar de nada. Y de repente algo en mi cambio, sin saber como o cuando comencé a mirarla diferente. Al mirar sus ojos una sonrisa en mi rostro se dibujaba, una electricidad recorría mi cuerpo al oírla decirme te amo. Pero si siempre lo había dicho por que ahora sonreía así al oírla. Comencé a detenerme en cada rasgo de su rostro. A mirar sus ojos como en ocasiones cambian de tono. A observar la perfección de las líneas que delimitan su boca. Esos labios carnosos y suaves que se me antojan saborear. Su nariz tan delicada y hermosa. Los hoyuelos en sus mejillas al sonreír.  O el rubor en sus pómulos al notar que la miro diferente. Mis ojos se iluminan al verla sonreír, es inevitable, no logró disimularlo. Mi mente se pierde en medio de una conversación, al ver su loca manía;  pellizca su labio inferior entre sus dientes mientras se queda pensando, y unos instantes después con su lengua acaricia el labio para sanarlo. Y fue entonces que lo supe, ella lo había logrado. Derribó muros, corto las cadenas, quitó los candados abrió la puerta y usurpo mi corazón. Desde entonces habita en mi alma y yo sin saberlo. Finalmente comprendí me había enamorado de la mujer más maravillosa del universo universal.